El Tiempo (Colombia) - Mayo 12 de 2005
Junto a teoremas, fórmulas y lecciones sobre la revolución bolivariana, los alumnos venezolanos aprenderán a hacer aperturas, gambitos y jaques.
Así lo dispuso el Ministerio de Educación y Deportes de ese país a partir de este año, tanto para los colegios públicos como privados.
La norma se impartió porque el Gobierno considera que este “deporte contribuye a desarrollar mecanismos mentales de análisis, reacción y estrategia”. Por eso, también sugirió a los preescolares que den a sus niños algunos elementos de este juego, con el fin de que empiecen a familiarizarse con él.
En nuestro país, desde hace por lo menos cinco años, varios colegios están en la misma onda. No se sabe cuántos porque no se han reportado ante la Federación Colombiana de Ajedrez.Por lo menos existen veinte en Bogotá y otros tantos en Pereira y Medellín. La mayoría está siguiendo las enseñanzas de la maestra internacional de ajedrez Adriana Salazar, quien fue nueve veces campeona de esta disciplina en Colombia y campeona centroamericana y del Caribe en 1990.
Desde hace un lustro Salazar se dedica de lleno a enseñar a profesores de colegio cómo jugar ajedrez para que a su vez enseñen a sus estudiantes. Sus pasos los siguen incluso en España donde siete colegios de la comunidad de Nazareth muestran religiosamente las jugadas a los niños dentro de la asignatura de matemáticas.
Más que matemáticas Precisamente, en Colombia, lo usual es que en esta clase se dedique tiempo al ajedrez. Otros colegios lo enseñan en educación física, unos más como actividad extracurricular y otros, más bien pocos, lo tienen como una materia independiente.La razón de que el ajedrez esté tan ligado a las matemáticas es que es visto como una buena forma de desarrollar el pensamiento lógico matemático, porque ayuda a pensar en coordenadas, estrategias, fórmulas, números…“Estimula la atención, la concentración, el cálculo, la toma de decisiones, la resolución de problemas, la capacidad de clasificar, codificar, analizar y memorizar”, señala Salazar.
Esas cualidades son las que han encontrado los profesores que lo enseñan, quienes también le abonan que permite desarrollar valores en los niños. “Respeto, tolerancia, saber esperar el turno, ganar y perder y asumir las consecuencias de las decisiones que se toman en la vida”, enumera la profesora Pilar Trujillo, del colegio La Enseñanza, de Medellín. Pero hay más. Otros profesores destacan que ayuda a los niños a estimular ‘el olfato’ para evaluar las diferentes alternativas que tienen para solucionar un problema y seleccionar la más indicada. Por ejemplo, cuando el rey está en jaque y se tiene la op-ción de moverlo, capturar la pieza que está haciendo el jaque u obstaculizarla, deben sopesar esas posibilidades y quedarse con la más acertada. “Así no solo aprenden a ver la jugada inmediata, sino también se anticipan a la siguiente. Eso es un método de inferencia, una habilidad que sirve para cualquier materia y para el resto de la vida”, explica el maestro Samuel Gómez del colegio Montessori British School, de Bogotá.
ÁNGELA CONSTANZA JEREZ Subeditora de Vida de Hoy
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